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Mostrando entradas con la etiqueta Turismo por Aragón. Mostrar todas las entradas
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26 jun 2014

Turismo rural en Teruel: La Casa de la Estación

La vida te lleva y te trae, y a veces te trae cosas que no esperas, como la casa rural de La Casa de la Estación, regentada por Merche y Carlos.

La Casa de la Estación, no es el mejor hotel rural con encanto, no tiene 20 estrellas michelín en su cocina, no tiene un lujoso spa asiático, pero tiene ALGO, que hace que pasar por allí sea maravilloso.

Puede ser el silencio de la montaña, el frescor del campo, el crepitar de la chimenea en invierno, el olor de las flores en primavera, la bienvenida de los perros de la casa, la comida sencilla y deliciosa que sale de la cocina rezumando trufa negra fresca recogida de allí mismo... Todo esto y más, hace que esta casa de turismo rural sea un buen alto en el camino para frenar la mente de pensamientos estresantes y relajar el cuerpo mirando las estrellas.

Es una casa de turismo rural normal, en Teruel, que también existe, y que los que me seguís, sabéis que adoro, su mudéjar, el color de la tierra... Pero es una casa rural situada en un lugar clave, histórico y lleno de sensaciones. Vestigios de la guerra civil española por doquier (busquen, busquen, la batalla de Teruel), vestigios mucho más antiguos: restos fósiles en todas las esquinas. Un cielo estrellado como pocos, en breve, construirán un observatorio. Naturaleza viva, una vía verde, Ojos Negros, para disfrutar con la bici o a pie, del aire maravilloso que se respira por allí. Y como no, la trufa negra.

8 ene 2011

Alhama de Aragón y los balnearios

Es la segunda vez que vengo a un balneario en Alhama de Aragón, y tan sólo por volver a visitar en invierno el incomparable marco del Monasterio de Piedra. Esta excusa perfecta es la que me llevó hace tres años a alojarme en el balneario las Termas de Pallarés, pero antes hablemos de Alhama..

Ya he hablado de Aragón en más de una ocasión, y es que me entuasiasmo con facilidad con lo que nos ofrece esta tierra. Alhama de Aragón es toda ella termal. De ello ya se dieron cuenta primero los romanos y después los moros, de ahí su nombre actual.. En las Termas de Pallarés influencia romana, en el Balneario de Alhama de Aragón (donde nos hemos hospedado ahora) influencia mora: los baños del moro y de mora, vestigios de un pasado lo demuestran. Enclavado en un desfiladero, predomina su iglesia espectacular en el centro del pueblo.

17 ago 2009

Hotel Spa Ciudad de Teruel, para viajar con niños (Dinopolis)

Pues efectivamente, Teruel también existe. Y no sólo eso, sino que antes de marcharnos a Tailandia, Túnez o Santo Domingo, deberíamos darnos una vueltita por Teruel, que lo tenemos tan a mano,porque es una verdadera joya del Patrimonio de la Humanidad. Ya nos hemos dado cuenta de que el arte mudéjar no arrastra mareas, aunque debiera!! porque es un tesoro tan preciado de nuestra historia que debería ser obligatorio su visita para los escolares! Por eso, Teruel ha tenido que pensar cómo ganarse el pan y atraer turismo a la zona.

Todos sabemos que el problema que tiene Teruel es que son pocos, y generar comercio e industria en esas circunstancias es difícil. Bueno, pues estos pocos, hace unos años decidieron explotar (con muy buen criterio, por cierto) uno de los tesoros más importantes que tienen y con mayor tirón: sus restos fósiles. Y así llegamos a una estrategia de turismo familiar con niños que le está dando muy buenos resultados. (Y por eso el Hotel Spa Ciudad de Teruel, lo tiene tan en cuenta)


6 jul 2009

Daroca y el Hotel CienBalcones (Aragón y el mudéjar)

Antes de entrar en faena y hablar de Daroca y del Hotel CienBalcones, he de aclarar mi pasión por esta tierra.

No recuerdo cuándo, ni cómo, empecé a sentir una atracción fatal hacia el arte mudéjar. Seguramente fue en algún viaje, por las tierras de Aragón, transitando todavía por carreteras nacionales y comarcales, que es cuando se aprecia realmente la vida de los pueblos. Mis recuerdos son de calor, tierra roja y destacando siempre, hermosos campanarios mudéjares. En cada pueblo, más de lo mismo. En aquel momento de mi vida, y muchas veces después, siempre he anhelado preparar una ruta siguiendo el arte mudéjar en Aragón. Desgraciadamente, todavía no he cumplido mi propósito, pero sigue presente en mi lista de viajes pendientes. He ido salpicando pueblos, de aquí para allá, como es el caso de Daroca, pero algún día, sin prisas, recorreré las tierras aragonesas que tantos tesoros tienen para mostrar.

No es la primera vez que estoy en Daroca, pero sí que hoy la veo con ojos diferentes. Es un pueblo pequeño, pero muy hermoso. Rodeado de fuertes murallas, con imponentes puertas que delimitan a la perfección la entrada y la salida, acoge con orgullo varias iglesias mudéjares de glorioso pasado. En sus calles encontraremos tiendas cerradas que son un lánguido recuerdo de su otrora esplendor, pero que conviven con los nuevos comercios que dan vida al núcleo urbano. Siempre cruce de caminos, enclave importante de rutas reales y comerciales, Daroca intenta sobrevivir como otros muchos pueblos aragoneses.

Y fue por eso, un alto en el camino, que acabamos de nuevo entre sus murallas. Llegamos en el ocaso del día, cuando el calor remite y el cielo se tiñe de naranja. Es el momento de salir a la calle, con la fresca, a compartir la charla con tus amigos, a tomar una caña o simplemente a pasear un rato. Y es así cómo encontramos el Hotel CienBalcones. Su terraza de verano estaba muy animada, pero sin chillidos estridentes, buen ambiente, disfrutando de la suave brisa que nos regalaba el final del día.

El hotel es de tres estrellas, pero es realmente fantástico. Se han esmerado mucho en la decoración y el servicio es excelente. Las habitaciones (al menos la nuestra, una doble superior) era muy amplia, con una distribución novedosa y de un hotel con más categoría. Sólo echamos de menos un minibar en la habitación, ya que semejante calor te obliga a beber a todas horas.

Aprovechando la atractiva terraza del hotel decidimos picar algo allí mismo, y para sorpresa nuestra, tenían una carta con comida ligera muy maja: bocatas, sandwinchs, ensaladas, tostadas… todo muy bien presentado, con calidad y cantidad. Absolutamente recomendado!

Después de una noche de descanso estupendo, el desayuno fue más bien discreto, poca variedad, pero en su favor, he de decir que la bollería era recién hecha. Muy rica. Fuimos a recoger nuestro coche al parking, y de nuevo en ruta. Hasta la próxima parada!

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