La vida te lleva y te trae, y a veces te trae cosas que no esperas, como la casa rural de La Casa de la Estación, regentada por Merche y Carlos.
La Casa de la Estación, no es el mejor hotel rural con encanto, no tiene 20 estrellas michelín en su cocina, no tiene un lujoso spa asiático, pero tiene ALGO, que hace que pasar por allí sea maravilloso.
Puede ser el silencio de la montaña, el frescor del campo, el crepitar de la chimenea en invierno, el olor de las flores en primavera, la bienvenida de los perros de la casa, la comida sencilla y deliciosa que sale de la cocina rezumando trufa negra fresca recogida de allí mismo... Todo esto y más, hace que esta casa de turismo rural sea un buen alto en el camino para frenar la mente de pensamientos estresantes y relajar el cuerpo mirando las estrellas.
Es una casa de turismo rural normal, en Teruel, que también existe, y que los que me seguís, sabéis que adoro, su mudéjar, el color de la tierra... Pero es una casa rural situada en un lugar clave, histórico y lleno de sensaciones. Vestigios de la guerra civil española por doquier (busquen, busquen, la batalla de Teruel), vestigios mucho más antiguos: restos fósiles en todas las esquinas. Un cielo estrellado como pocos, en breve, construirán un observatorio. Naturaleza viva, una vía verde, Ojos Negros, para disfrutar con la bici o a pie, del aire maravilloso que se respira por allí. Y como no, la trufa negra.
La Casa de la Estación, no es el mejor hotel rural con encanto, no tiene 20 estrellas michelín en su cocina, no tiene un lujoso spa asiático, pero tiene ALGO, que hace que pasar por allí sea maravilloso.
Puede ser el silencio de la montaña, el frescor del campo, el crepitar de la chimenea en invierno, el olor de las flores en primavera, la bienvenida de los perros de la casa, la comida sencilla y deliciosa que sale de la cocina rezumando trufa negra fresca recogida de allí mismo... Todo esto y más, hace que esta casa de turismo rural sea un buen alto en el camino para frenar la mente de pensamientos estresantes y relajar el cuerpo mirando las estrellas.
Es una casa de turismo rural normal, en Teruel, que también existe, y que los que me seguís, sabéis que adoro, su mudéjar, el color de la tierra... Pero es una casa rural situada en un lugar clave, histórico y lleno de sensaciones. Vestigios de la guerra civil española por doquier (busquen, busquen, la batalla de Teruel), vestigios mucho más antiguos: restos fósiles en todas las esquinas. Un cielo estrellado como pocos, en breve, construirán un observatorio. Naturaleza viva, una vía verde, Ojos Negros, para disfrutar con la bici o a pie, del aire maravilloso que se respira por allí. Y como no, la trufa negra.