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Mostrando entradas con la etiqueta Turismo por Francia. Mostrar todas las entradas
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27 nov 2016

Oiartzun, Peñas de Aia, y un poco más arriba


Parece mentira, que lleve aquí 30 años y siga descubriendo nuevos rincones de Euskadi. Esto es un no parar, a dios gracias, porque así, se nos hace más ameno el camino.

Este finde hemos celebrado el cumpleaños de Katiuska, y como ella se lo merece todo, nos hemos tirado al monte, como las cabras, y también, a otros lares que ahora os voy a contar. Planificar un viaje, no me suele costar mucho, sobre todo porque siempre encuentras gente dispuesta a ayudar y recomendar (en este caso, agradecer a Yolanda, donostiarra de pro, un par de propuestas que nos han encantado). Pero vayamos por parte.

24 jul 2012

Paseando por la Costa Azul, Villefranche sûr Mer


Antes de nada aclarar por qué lo llaman la Côte Azur: porque el agua es azul zafiro, un azul como no he visto en las Baleares o en mi pueblo, Alicante. Un azul fuerte, limpio y brillante que contrasta con el verde de las montañas, y desgraciadamente con el ladrillo de los edificios. Pero un azul que compite con cielo en belleza y esplendor. Por eso le llaman la Costa Azul, ahora lo entiendo.

Llegamos a Villefranche sûr Mer después de atravesar la inmensa Niza, que ignorante yo, pensaba que era más “pueblito” y ni por asomo. En mi mente yo ya había decidido que iba a encontrar tanta tontería junta, que no me iba a gustar nada la zona: ¡Plis-plas!, son las bofetadas que me tengo que dar porque no espabilo.

21 jul 2012

Turismo por Carcassonne ciudad medieval, Francia


Llevaba tanto tiempo queriendo visitar Carcassonne, que este año, he aprovechado nuestra ruta por Italia y Austria para hacer dos paradas imprescindibles: Carcassonne y Avignon a la vuelta.

Evidentemente estaba muy equivocada con respecto a Carcassonne. Yo pensé que el pueblo en sí, surgía alrededor de la ciudad medieval, pero no, para nada. La cité medieval está separada, como si no quisiera saber nada con el pueblo de a pie. La imagen desde el río o por  contra, desde los viñedos que tiene a sus espaldas, es impactante, como hay pocas de verdad. Ciudad con doble fortificación y perfectamente restaurada, llama la atención sus almenas y torreones.

1 jul 2009

Le Mont Saint Michel, la niña bonita de la Normandie.


Bueno, pues no quería marcharme sin visitar Le Mont St. Michel. Estaba tan cerca, que hubiera sido un crimen no acercarnos hasta allí.

Por un día, el sol se escondía entre las nubes, así que lo que nos encontramos al llegar, fue una abadía rodeada de una neblina blanca que le daba un aire más peculiar si cabe. La verdad es que es un monumento impresionante, su ubicación le hace extraordinario. El problema surge cuando te topas con dos millones de coches (y otros tantos autobuses) aparcados en el inmenso relleno que han preparado como parking. Eso de entrada, te tira un poco para atrás. Si encima, cuando entras al recinto, sucumbes a una riada de turistas que como tú, cámara en ristre, pretenden captar hasta el último rinconcito del lugar, pues te vas desanimando, que queréis que os diga.

29 jun 2009

El Camping Château-Galinée en les Côtes d’Armor


Yo pensé que ya lo había visto todo en los campings franceses, pero una vez más, me equivoqué. No me queda otra, tengo que decir que los franceses son raros, raros, raros.
Ayer, cuando llegamos a las seis de la tarde, después de andar de aquí para allá haciendo turismo me encontré un panorama un tanto surrealista.

Después de pasar por recepción nos colocaron a todos la típica pulsera horrible que no te puedes quitar ni para mear. Que no lo entiendo, porque si estuviéramos en un todo incluido, tendría su razón de ser, pero aquí, lo único que no pagas es la piscina, el resto, vayan los euros por delante que estamos en crisis. Encima, discretita por demás, un verde fosforito, para que al pasear por la calle vayas cegando a todo el que se cruce contigo. Eso sí, no tendrá ninguna duda que estamos de vacaciones en el camping Château-Galinée!

Carnac, impresionante


Digo impresionante, porque nunca jamás pensé que iba a ver lo que vi.

Si con algo disfruto en esta vida es tropezarme en mis viajes con retazos de viejos apuntes escolares. Y no hablo de lo aprendido en EGB (porque yo soy de las de EGB!) esos años pasaron sin pena ni gloria. Salvo, si cabe, el Padre Nuestro y el Ave María, que aprendí en mi etapa preescolar con aquella bruja, resultado de la educación franquista del momento. Todavía hoy me resulta sorprendente, que después de tantos años de educación laica, conserve en la corteza cerebral estrofas completas de estos poemas religiosos. Es toda una incógnita.

Pues hoy puedo y quiero reconocer, que la educación que recibí en el Instituto Público Virgen del Remedio, marcó enormemente el resto de mi vida. (para bien, pienso yo!) Hay profesores a los que nunca he olvidado, porque me enseñaron de verdad, porque aprendí mucho con ellos y les estoy muy agradecida. Quien me conoce, ya imaginará que soy incapaz de recordar sus nombres, pero si cierro los ojos, veo sus caras, sus gestos, su forma de dar clase, lo revivo todo sin ningún problema. Como veis, era una chica aplicada, que “disfrutaba” de mis estudios.

En especial me quedo con mi profesor de literatura, la tutora de francés y fuera de todo pronóstico, con mi profesor de Historia del Arte. Si mi memoria no me falla, su charla era bastante monótona, y nos metió en la cabeza tal cantidad de fechas, datos y nombres, que jamás pensé que fuera a recordarlos tan claramente.

Es por eso que cuando viajo, me asaltan informaciones almacenadas en mi memoria, como es el caso de Carnac. Cuando preparé este viaje lo hice de forma que Carnac entrara dentro de mi ruta, tenía que ir allí. Entre los viejos recuerdos sobre la prehistoria, siempre acuden a mi mente Lascaux, Carnac, Stonenhen o Altamira, entre otros muchos. Bueno, pues la imagen que yo tenía de lo que iba a encontrar allí, no tiene ningún parecido con la realidad.

Yo esperaba encontrar un centenar de menhires más menos, en un determinado orden. Y lo que vi cuando llegué, fueron varias alineaciones de menhires (exactamente 1.099) que ocupaban alrededor de un km de largo. ¿Cómo se digiere esto? Para mí el impacto visual fue tremendo, porque no lo esperaba, y mejor así.

Los niños no entendían porqué estaba tan entusiasmada por un montón de piedras colocadas en el suelo. Yo intentaba explicarles que después de veinte años (y más), estaba viendo lo que había estudiado en mis libros escolares. Intenté que fijaran la imagen en su mente, porque ellos iban a hacer el camino inverso, primero lo veían y luego lo estudiarían. Pero como suele ocurrir, no le encontraron mayor utilidad. Qué le vamos a hacer, son otros tiempos y hay otras oportunidades, qué maravilla.

Me ha encantado visitar Carnac, volveré, algún día volveré.

26 jun 2009

El Golfo de Morbihan y el camping Domaine d’Inly, la Bretagne!


Bueno, parece que por fin lo he conseguido. Llevo tanto tiempo deseando venir a la Bretaña francesa, que no quepo en sí de gozo! (con que poquito me conformo, ¿verdad? Soy tan simple…)

Aunque parece un poco repetitivo, el camping está “chapeau”! Chic@s, es que hay mucha cultura de campings en este país, y el listón está realmente alto. Esta vez nos han colocado en el último “cotagge” de la fila. Y cuando digo último, es que no hay más, sólo bosque. Tenemos unas vistas increíbles a un pequeño lago, propiedad del Domaine d’Inly. Cada noche, el sol se pierde entre los árboles del fondo, tiñendo de un naranja oscuro sus tranquilas aguas. Si consiguiera que los mosquitos establecieran una tregua, ahora mismo estaría en la terracita acaparándolo todo con la mirada. Pero como los mosquitos del lugar saben muy bien cuál es su territorio lo defienden con uñas y dientes, y a mí no me queda otra, que ver la puesta de sol desde la barrera, el interior del cottage.

La Rochelle y el Camping Sequoia Park


Antes de nada dejar constancia que esta parada la hice exclusivamente por los niños. Ni que decir tiene, que tanto tiempo de tumbona en tumbona, al tercer día, a mí ya me tiene aburrida. No obstante, el parque acuático que tenía el Sequoia Park era espectacular: varias piscinas, varios toboganes, un río de agua templada, etc etc etc.. y quise hacerles una gracia.

Ciertamente, el “cottage” también era de primera, limpio, nuevo y muy bien acondicionado. Y encima, estaba en los terrenos de un castillo, que eso da mucho caché. Si los antiguos dueños levantaran la cabeza la volverían a hundir de inmediato. Si vieran sus cientos de hectáreas totalmente parceladas y sembradas de cajones prefabricados, morirían de estupor! Y ya no te digo nada, si asistieran cinco minutos a una de las animadas “soirés” donde docenas de ingleses y holandeses quemados por el sol, animan a sus retoños a subir al escenario para bailar cualquier horterada del momento.

Le Dune de Pyla y el camping Panorama Pyla


Como muchos ya sabéis, ayer empezamos nuestro periplo por el país galo. Vale, pues nuestra primera parada sería Arcachon, para poder disfrutar de la duna más grande de Europa: le Dune de Pyla.

La primera alegría me la llevé nada más pisar tierra francesa, es lo que tiene la emoción de las vacaciones, te atonta. Paramos unos kilómetros antes de nuestra meta en un área de descanso. Yo sinceramente no recordaba los olorosos agujeros negros que sustituían a los inodoros del siglo XXI, así que cuando entré en el habitáculo en cuestión, me quedé impactada por la visión, momento que aprovecharon las ladinas gafas de sol para escurrirse de mi cabeza y colarse certeramente por el foso del horror. Se me quedó una cara de lerda, que para qué contar. Menos mal que no eran marca Yves St. Laurent o Crhistian Dior, sino que eran de “flu-flu” y me habían costado cuatro perras. Así que el duelo duró poco y para solventar el inconveniente le confisqué hasta nueva orden las gafas al amigo de mi hijo, Endika. Mi aspecto era un poco raro, pero como aquí no me conoce nadie, no problema.