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3 may 2009

Ramales de la Victoria y más (Cantabria con niños)



Esta excursión hay que prepararla un poco, para que te dé tiempo a verlo todo. Es adecuada para aquellos que gusten de lo que nos ofrece la naturaleza: cuevas prehistóricas, ríos inquietos y montañas abruptas. No obstante, no se requiere ningún nivel físico específico, porque casi todo son panorámicas a las que puedes llegar dando un pequeño paseo. Si te mareas en el coche, mejor te tomas una pastillita para tranquilizar el estómago, porque hay unas cuantas curvas.

Antes de embarcarnos en la excursión, es necesario reservar con antelación la entrada a las cuevas, puedes hacerlo por Internet o por teléfono en la siguiente dirección: http://cuevas.culturadecantabria.com/ Dicho esto, damos comienzo al relato.

Vamos a suponer que hemos llegado ya a Ramales de la Victoria, siguiendo las instrucciones del GPS de turno, o del mapa de carreteras de toda la vida, que sirve exactamente lo mismo. Bien, mi propuesta es que nos dirijamos primero a la cueva de Covalanas, porque ya habremos reservado hora para poder entrar. Si te has despistado y no lo has hecho, tienes la opción de subir hasta la cueva y esperar a que salga el guía (suele entrar cada grupo a las horas en punto). Por el paisaje que se divisa desde arriba, ya merece la pena el esfuerzo de subir. ¿Por qué esta cueva y no otra? Muy sencillo, porque de Ramales sólo conozco la cueva de Cullalvera y la de Covalanas, y sin dudarlo, me quedo con la segunda.

El recorrido por Covalanas no es excesivamente largo, pero sobre todo para los niños es muy especial. El camino se realiza con linternas que te facilita el guía y la oscuridad que reina a tu alrededor hace que retrocedas miles de años en el tiempo. Durante 45 minutos podrás ver desfilar un buen número de ciervos, bóvidos y caballos, la mayoría de ellos en perfecto estado de conservación.

Si por el contrario, has decidido ir a la cueva de Cullalvera, disfrutarás de una cavidad de entrada inmensa, como hay pocas. Pero el interior es un poco triste, su espectacularidad se basa en el tamaño de la misma, gigante. Si no queréis visitar el interior, os animo a que os acerquéis a ver la entrada, es espectacular.

Bueno, seguimos camino hacia la Gándara (pasando por la Veguilla), casi al fin del mundo. Empiezan las curvas, pero merece la pena. Mi recomendación es que comamos llegados a este pueblo, y tenemos dos opciones. Podemos comer en el merendero, precioso, con unas vistas increíbles, caballos pastando alrededor y todo de lo más bucólico pastoril. O podemos comer en un restaurante que hay allí mismo, cerca del mirador, cuyos dueños no te reservan ni aunque les supliques, pero dan comida para aburrir al más tripón y todo muy rico. Casero, casero!!

Pero antes de darte la tripada, acércate paseando hacia el mirador para ver las cascadas del afluente del Asón, el Gándara. Es momento de empaparse de olores, colores y sonidos: estamos en el valle de Soba.

Aplacado el estómago y saciado el espíritu, seguiremos ruta en coche hacia el Parque Natural de los Collados del Asón. Prepárense a circular por una carretera de vértigo, pero desde donde se divisa una panorámica de los collados impresionante. Si encontramos hueco, pararemos el coche y disfrutaremos de una cascada de más de 50 metros que sirve de presentación en sociedad al río Asón. Dejaremos que el estómago se asiente, y seguiremos viaje de vuelta a ramales pero pasando ahora por Arredondo, Riba…etc

Y si nos queda tiempo y tenemos ganas, de vuelta a casa, podemos hacer una paradita en la Cueva del Valle en Rasines, a los niños les encantará. Han acondicionado un pequeño parque (se recorre en 10 minutos), alrededor del río del Silencio. Curioso nombre, pero muy apropiado, para un río que discurre discreto cuando surge de la oquedad rocosa que forma la Cueva del Valle. Paseo relajante y embriagador, lleno de pequeñas sorpresas como un mamut entre los árboles, un molino de agua o la galería de una mina abandonada. Se recomienda llevar alguna linterna, para dotar al paseo de mayor espíritu aventurero, pero sin hacer tonterías!!! Que vamos con niños.

Finalizada la jornada, nos quedarán las imágenes de amplios valles, surcados por sinuosos ríos, que discurren al pie de las montañas cántabras. Todo un placer, amigos.

2 comentarios:

  1. Hola Monica soy Elena, tu excompi de mediasal¡¡ que hoy he comidocon nerea y me ha dado la direccion de tu blog.

    Me parece muy bueno, y me ha gustado mucho lo de la escapada de Ramales el valle de Soba poruqe es la zona de mi bello pueblo Arredondo, me ha encantado.

    Sigue haciendo ecpadas y dando consejos

    buenooo que te vya todo muy bien

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  2. Elena!!! joe! se me había escapado este comentario. Te acabo de descubrir! Chiquilla, qué tal estás? tienes perfil en facebook? búscame y nos ponemos al día. A ver si en septiembre quedamos todas para vernos. Un achuchón fuerte!!!

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monica.carratala@gmail.com